


Lo invisible: la orientación del petirrojo (Erithacus rubecula).
El petirrojo europeo (Erithacus rubecula) es una pequeña ave paserina de la familia Muscicapidae, reconocida por su pecho y rostro de un llamativo color naranja brillante. Muchas de sus poblaciones migran hacia zonas cálidas en el invierno, pero hasta ahora los científicos desconocían los mecanismos que permiten la orientación del petirrojo.
Esta especie se alimenta de insectos, gusanos y frutos, lo que lo convierte en un importante controlador de plagas y dispersor de semillas. Los petirrojos tienen un comportamiento notablemente territorial, pero a la vez confiado, lo que facilita su observación incluso cerca de áreas urbanas.
Es muy común en Europa, donde cuenta con poblaciones ampliamente distribuidas. Los científicos han investigado los mecanismos de orientación de las aves, gracias al fenómeno migratorio de esta especie.
Así, lograron identificar la proteína criptocromo 4 (ErCRY4), presente en la retina de los petirrojos (la parte interna y trasera del globo ocular). Esta proteína es fotorreceptora, reaccionando a la luz, y magnetorreceptora, respondiendo al campo magnético terrestre. Los petirrojos perciben el campo magnético y se orientan durante sus viajes gracias a esta «brújula biológica». De esta manera se revela que poseen una extraordinaria capacidad para «ver lo invisible».
También descubrieron que dicha proteína en los petirrojos muestra una mayor sensibilidad al magnetismo que la de las gallinas y las palomas no migratorias, lo que apoya aún más su papel como sensor magnético.
Xu, J., Jarocha, L.E., Zollitsch, T. et al. realizaron al investigación titulada «Magnetic sensitivity of cryptochrome 4 from a migratory songbird», publicada en la revista Nature del 2021.
Esta composición fue realizada para participar en el concurso de Ilustración Científica de la Jot Down Magazine (2022).
Año: 2022
Técnica: Ilustración digital
Tipo de ilustración: Naturalista.
Tipo de proyecto/cliente: Personal.